El progresivo endurecimiento de las leyes administrativas, que fortalecen imparablemente la posición de la administración frente al administrado, exigen hoy sobremanera un elevado nivel profesional entre los letrados que atienden también a estas ramas jurídicas. Por tal motivo, no se descuida la formación continua del personal colaborador del despacho, mediante la asistencia a cursos, estudio de los cambios normativos y coordinación de futuras estrategias legales.
Con todo ello se afrontan tanto cuestiones puntuales como el asesoramiento permanente, como puede exigir el día a día de la materia impositiva, siempre y, como todo, dentro de la más absoluta ética y legalidad, para que el cliente se sienta seguro y satisfecho, evitando desagradables sorpresas derivadas de fáciles promesas o fórmulas milagrosas, que suelen desembocar en costosos errores de dolorosa reparación.